La gestión basada en procesos es un enfoque de gestión que busca definir las políticas que rigen el funcionamiento de la organización y desarrollar procedimientos que ofrezcan la forma y la función más eficientemente.

La gestión basada en procesos consta de seis etapas:

1 – Definición del proceso.

2 – Establecimiento de medidas para evaluar el proceso.

3 – Análisis del desempeño del proceso.

4 – Análisis de la estabilidad del proceso

5 – Establecimiento de nuevos objetivos si es necesario

6 – Planificación de mejoras e implementación de mejoras

Es un enfoque que centra la atención sobre las actividades de la organización para optimizarlas. La gestión basada en procesos también se conoce como BPM (Business Process Management) y es el tipo de gestión recomendada tanto por las normas ISO 9000.